El Ministerio de Relaciones Exteriores ratificó la oposición a todo tipo de intercambio oficial con el territorio sureño y exigió a ese órgano legislativo respetar la política de Una sola China.
Según acotó, Beijing procederá con acciones decisivas para proteger la soberanía nacional y la integridad territorial, y Estados Unidos asumirá la responsabilidad por todas las consecuencias si Pelosi viaja en agosto a Taiwán como tiene previsto.
De igual manera, el Ministerio de Defensa presentó una nota de protesta ante los representantes de Estados Unidos por su contrato con Taipéi que prevé la ventas de armas por un valor de casi 108 millones de dólares.
Consideró ese movimiento como una violación grave al principio de Una sola China y los comunicados que sustentan las relaciones bilaterales, así como una interferencia en los asuntos internos del gigante asiático y sus intereses de seguridad.
El contrato militar se inserta en un plan anunciado en 2019 por la Casa Blanca para suministrar equipos de guerra a Taipéi por dos mil millones de dólares.
La comunidad internacional aprobó con 170 votos una resolución en 1971 que considera a la República Popular China el único representante legítimo ante las Naciones Unidas y reconoce a Taiwán como parte inalienable de esa nación asiática.
Para avanzar hacia la completa reunificación del territorio nacional, Beijing defiende también la política de Un país, dos sistemas, aplicado en las regiones administrativas de Hong Kong y Macao.
Sin embargo, los dirigentes de Taipéi se niegan a aceptar ese status.
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