El titular de la Dirección General de Centros Penales (DGCP), Osiris Luna, precisó que la actual administración ya cerró cinco de las 28 cárceles que heredó del gobierno anterior, como parte del Plan Control Territorial.
El pasado viernes fue anunciado la clausura de los centros penales urbanos de Usulután, La Unión y Metapán, con el propósito de convertirlos en espacios de desarrollo educativo y cultural.
Según Luna, la aspiración del gobierno es erigir una suerte de ‘ciudades penitenciarias’ en las que los reos recibirán las herramientos para su rehabilitación y reinserción social, señaló.
‘Lo que tenemos que hacer es rehabilitar personas, darles una segunda oportunidad. El que quiere de verdad dejar de delinquir, dentro de las cárceles, puede tener una segunda oportunidad’, aseguró el funcionario.
Luna negó que el reciente cierre de prisiones implique un hacinamiento carcelario, y afirmó que la reciente apertura de un módulo extra en el penal La Esperanza, más conocido como Mariona, elevó la capacidad.
Agregó que actualmente hay más de cinco mil reos en fase de confianza, que participan en labores sociales, como la limpieza de playas tras los feriados de Semana Santa, y el apoyo en la lucha contra incendios forestales.
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