Un reporte presentado este martes por la Fundación Antigona, que vela por los derechos y garantías en los centros carcelarios de este país, señaló que tras una baja durante el período de la pandemia de Covid-19, la delincuencia juvenil volvió a los niveles de 2015, con 32 mil 522 niños denunciados ante las autoridades.
Los delitos contra las personas suponen el 22,7 por ciento de los cometidos por quienes ingresan a los centros penitenciarios de menores, pero entre los extranjeros la cifra se eleva a los 63,9 puntos porcentuales, mientras que el porcentaje es de 70,2 puntos para las niñas.
Entre los delitos contra la propiedad, el más recurrente es el hurto, que representa el 15,1 por ciento del total de los cometidos por quienes ingresaron a los IPM en el pasado año, y entre las féminas alcanza los 35,6 puntos porcentuales.
Los delitos contra la seguridad pública suman 10,6 puntos porcentuales del total, cifra similar a la de los relacionados con drogas, con el 10,2 por ciento, mientras el porcentaje alcanza los 14,5 puntos si se considera únicamente a los italianos, precisa el análisis.
En este estudio de la Fundación Antígona, titulado Perspectivas Menores, se critica al denominado Decreto Caivano, aprobado en septiembre de 2023 por el gobierno italiano, tras la violación en el parque napolitano de ese nombre de dos niñas, el cual se convirtió en ley el 14 de noviembre de ese año “Castigar para educar está demostrando ser una política perdedora, especialmente cuando se trata de menores”, señala el reporte, donde se señala que, debido al endurecimiento de las acciones penales hacia los más jóvenes a partir del mencionado decreto, en los primeros meses de 2024 los niños detenidos serán más de 500, una cifra récord. Susanna Marietti, coordinadora nacional de Antígona señaló que, como señala en su nombre este informe, las perspectivas ahora son menores “para el sistema, que parece negar sus principios inspiradores, y para los operadores que a menudo trabajan con herramientas cada vez más ineficaces”.
Sin embargo, tales expectativas disminuyen sobre todo, “para los jóvenes que se encuentran rodeados de más obstáculos y menos esperanzas para su futuro”, enfatizó Marietti.
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