A juicio de la secretaria norteamericana de Energía, Jennifer Granholm, su país encara una creciente y bien documentada amenaza de ataques cibernéticos por parte de actores malintencionados.
La negativa intención, expuso la titular en un comunicado, es interrumpir el suministro de electricidad que los estadounidenses emplean en sus hogares y negocios.
Divulgada en conjunto por la Casa Blanca y el Departamento de Energía, esta iniciativa insta a un esfuerzo público-privado para modernizar las defensas de ciberseguridad.
Proteger la infraestructura de nuestra nación es una responsabilidad compartida del gobierno, los propietarios y los operadores, manifestó la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Emily Horne.
Consideró además que las alianzas gubernamentales con la industria resultan esenciales para abordar el desafío de la seguridad cibernética pues gran parte de infraestructura norteamericana pertenece y es operada por el sector privado.
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