Cincelada por el artista Edgar Duvidier, la representación en tamaño natural (1,75 metros) fue desvelada en el carioca Buraco do Lume, lugar al que acudía la regidora todos los viernes para intercambiar opiniones con sus electores.
«Es un día histórico, es un día de memoria, día de resignificar nuestro dolor, nuestra lucha. Ha sido ahí casi cinco años incansables pidiendo por justicia, recordando que la gente aún sigue sin saber quién mandó matar a Mari», afirmó su hermana, Anielle Franco.
Entonces, señaló, «tener esa estatua, resignificando ese lugar, donde ella estuvo durante muchas veces discursando aquí, muchas personas que votaron por ella la conocieron aquí en ese lugar. Así que, para mí, hoy, más allá de la emoción de su cumpleaños, es la importancia de saber que mi hermana está aquí, un poco más con nosotros», subrayó.
Franco, del Partido Socialismo y Libertad, y su chofer Anderson Gomes fueron ultimados en una céntrica zona de Río en la noche del 14 de marzo de 2018.
Trece disparos de una subametralhadora HK MP5, de alta precisión y utilizada solo por fuerzas policiales de élite, alcanzaron el vehículo en que se trasladaban.
Las familias de ambos aseguran haber perdido la esperanza en el esclarecimiento del crimen.
Hasta la fecha no hay claridad sobre quién fue el responsable intelectual de la transgresión fatal investigada por la Policía Civil y el Ministerio Público de Río.
Durante todo este periodo, la indagación apunta a la participación de milicianos de las fuerzas de seguridad.
La Fiscalía de Río sospecha que el autor intelectual del crimen fue el concejal Cristiano Girão o el consejero del Tribunal de Cuentas del estado Domingos Brazão.
Girão está vinculado a grupos milicianos y permanece en prisión; Brazão se enfrenta a un proceso por obstrucción a la justicia.
El 14 de marzo de 2019, el policía retirado Ronnie Lessa y el exoficial militar Élcio Queiroz fueron arrestados bajo los cargos de ser los autores materiales del crimen.
La motivación del homicidio aún no está clara, pero según denuncias, Franco fue asesinada por su militancia a favor de los derechos humanos.
El caso tuvo repercusión internacional y convirtió a la socióloga y feminista en un símbolo político en la lucha por los derechos humanos y la mayor participación de las mujeres negras en los espacios de poder en Brasil.
Después de casi cinco años, la pregunta: «¿Quién mandó a matar a Marielle Franco?» sigue sin respuesta.
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