El nuevo ministro checo de Relaciones Exteriores, Jan Kulhanek, expresó estar preparado para todo, incluida la posibilidad de enviar a casa a todos los funcionarios de la misión diplomática rusa en esta nación centroeuropea.
Moscú informó el pasado domingo sobre la expulsión de 20 funcionarios de la embajada checa en Moscú, en respuesta a una decisión anterior del gobierno de este país de declarar persona non grata a 18 miembros de la misión de la Federación de Rusia.
Praga estimó que la medida estaba relacionada con la supuesta responsabilidad de la seguridad y la inteligencia militar de Rusia en el incendio de un almacén de armamentos en Vrbetice, arrendado por una empresa búlgara a las Fuerzas Armadas.
El Kremlin lamentó la actitud de este gobierno de poner en total peligro los nexos bilaterales, al provocar una crisis y rechazó los argumentos sobre la presunta implicación en el incidente del citado polvorín.
La administración checa en su momento llegó a demandar a miembros de la Unión Europea y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte a secundarla en sus expulsiones masivas de diplomáticos rusos.
La República Checa pretende presentar una demanda de indemnización a Moscú por el citado hecho, ocurrido en 2014.
Radio Praga Internacional se refiere a las aclaraciones hechas por el primer ministro Andrej Babis de que de ninguna forma se trató de una acción terrorista, en tanto Rusia considera completamente fabricadas las acusaciones.
El ejecutivo de esta nación pretende, incluso, revisar la legalidad de la propiedad de Rusia sobre los terrenos ocupados ahora por el inmueble de la embajada en esta urbe. Moscú respondió con advertencias similares.
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