Según el diario Mail Online, la prohibición, que entrará en vigor a partir del viernes próximo, abarca también la limpieza de patios y ventanas y el llenado de piscinas y fuentes ornamentales. Los infractores podrían recibir multas de hasta mil libras esterlinas (casi mil 220 dólares al cambio oficial).
La empresa, que tiene un millón de clientes en Hampshire y la Isla de Wight, aseguró que no hay riesgo de desabastecimiento, pero que la medida es necesaria para proteger el medioambiente “en uno de los años más secos en más de un siglo”.
Pedimos a todos en Hampshire y la Isla de Wight que hagan su parte respetando las reglas, solo usen el agua que necesitan, afirmó Alison Hoyle, directora de Riesgo y Cumplimiento de Southern Water.
La compañía Thames Water, que suministra agua a 15 millones de personas en Londres, Oxford y otras ciudades inglesas también advirtió que evalúa tomar las mismas medidas que la empresa rival, en caso de persistir el clima seco y las altas temperaturas de las últimas semanas.
De acuerdo con la Oficina de Meteorología, el nivel de precipitaciones en el Reino Unido es el más bajo desde los años 70, y en el caso de Inglaterra, el mes actual ha sido el más seco desde 1911, con apenas un 24 por ciento de las lluvias que normalmente caen durante el periodo.
Un estudio científico divulgado la víspera atribuyó las temperaturas récord de más de 40 grados centígrados registradas la semana pasada en el país al cambio climático causado por la actividad humana.
La temperatura más alta se registró el 19 de julio en Lincolnshire, sureste de Inglaterra, donde los termómetros subieron hasta los 40,3 grados, para dejar atrás la marca anterior de 38,7 grados reportada en 2019.
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