La organización afirmó que seis de los asesinados eran espías que trabajaban para los servicios secretos de Estados Unidos y Somalia, cómplices en las muertes de algunos de sus miembros.
Las ejecuciones tuvieron lugar en la región sur de Bay, cerca de Mogadiscio, la capital, y fueron confirmadas por el diputado local Mohamed Ahmed, y el ministro de Información del suroeste de Somalia, Ilyas Said.
Decenas de civiles fueron obligados a presenciar el brutal hecho, según Ahmed.
Somalia, con alrededor de 16 millones de habitantes y situada en el cuerno de África, lleva años bajo la violencia de Al Shabaab.
El grupo terrorista controla vastas extensiones de tierra en las regiones del sur y del centro del país, y ataca con frecuencia a las fuerzas de seguridad y a la población civil.
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