Según puntualizó Gong Zhenyu, directivo del Centro de Prevención y control de Enfermedades en la provincia de Zhejiang, cualquier muestra del virus –ya sea muerta o viva- puede dar positiva en pruebas de ácido nucleido (hisopado), pero eso no significa que sea infecciosa.
Indicó que en el caso de las frutas, los microorganismos sobreviven menos tiempo, es muy escasa la posibilidad de contagio y hay total seguridad una vez lavado el producto.
Aparte de Gong, otros colegas del sector y epidemiológos chinos en los últimos días también descartaron la propagación del SARS-CoV-2 mediante los alimentos.
Incluso, despejaron temores sobre una supuesta contaminación del entorno por los desechos de algodones usados en los sitios de vacunación contra la Covid-19, enfermedad causada por el coronavirus.
De acuerdo con la prensa local, un creciente número de consumidores rechaza o duda en comprar productos como las cerezas traídas de Chile y Australia, a raíz de noticias sobre el hallazgo del virus en algunos lotes distribuidos en Jiangsu, Hebei, Jiangxi y Mongolia Interior.
Esa fruta tradicionalmente es muy buscada aquí para celebrar el Año Nuevo Lunar, pero ahora hay baja demanda, al menos seis mil contenedores llenos aguardan en los puertos y cayó drásticamente el precio en el mercado nacional.
Los importadores temen un impacto severo en sus negocios y en las fincas de los países de origen.
China recuperó el control sobre la Covid-19 y ahora acumula al menos cuatro mil 831 muertos y 101 mil 363 casos confirmados de la patología en su parte continental, Hong Kong, Macao y Taiwán.
Además, tiene a 593 asintomáticos bajo observación médica.
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