La decisión, para utilizar en versión libre de la frase originada en el siglo XVII, protege a “dos paquidermos de un tiro”, pues los relocalizados estaban causando estragos en su zona original de residencia.
El aumento de la población de elefantes en Malawi es resultado de la política oficial de reprimir a los cazadores furtivos, cuyas acciones pusieron en riesgo a la especie en este país del sudeste africano sin salida al mar.
Tan efectiva fue la protección,que el número de ejemplares creció de manera sustancial, hasta el punto que empezaron a invadir áreas urbanizadas para satisfacer su necesidad de alimento, cifrada entre 100 y 220 kilogramos diarios de vegetación.
Si a lo anterior se suma que “las doncellas” comienzan a sentir ansias de amor a los 14 años de edad y no paran hasta los 50, es fácil concluir que había un problema que requería solución, y de forma rápida.
En medio de la crisis, las autoridades vieron los cielos abiertos cuando recordaron que en la reserva de Kasungu apenas quedaban 50 paquidermos de los mil 200 que ramoneaban por la zona hace medio siglo, debido a las matanzas para obtener marfil, cuyo precio alcanza niveles estratosféricos en el mercado negro.
El traslado de Liwonde a Kasungu fue breve y los mamíferos de enormes orejas recomenzarán sus vidas con acceso libre a cuanta comida deseen y sin restricciones para el amor, que siempre viene bien.
(Tomado de Orbe)