Durante una sesión parlamentaria, el ministerio informó por escrito que los ejercicios serán del 22 de agosto al 1 de septiembre y comprenden la capacitación del personal de gestión de crisis, la defensa del área metropolitana de Seúl, así como operaciones de contraataque.
Según el texto, las maniobras combinarán varios supuestos de la vida real en respuesta a presuntas amenazas nucleares y de misiles del país vecino.
El ministro de Defensa, Lee Jong-sup, advirtió que, si la RPDC lanza una provocación «directa», el Sur «respondería con severidad, amparado en el derecho a la autodefensa».
Esta nueva maniobra se suma a la realizada en julio pasado cuando la República de Corea y Estados Unidos efectuaron ejercicios militares que involucraron cazas F-35A para misiones de espionaje y ataques furtivos.
La llegada a surcorea de los cazas de quinta generación en cumplimiento de un convenio entre ambos países, acrecentaron las preocupaciones de la expansión de la carrera armamentista por Washington en la región Asia-Pacífico con el apoyo de la administración de Yoon Suk-yeol.
En aquel momento el Ministerio de Defensa local confirmó la intención de la alianza entre surcorea y Estados Unidos de demostrar fuerza e intimidar a la RPDC con las prácticas militares combinadas.
De acuerdo con analistas, el nuevo despliegue corrobora las inquietudes sobre la escalada de tensiones en la península coreana y un posible desenlace hacia un conflicto de proporciones incalculables atizado por Washington y con el respaldo de Seúl.
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