«El batallón Azov, de corte nacionalistas, será designado como organización terrorista, y sus actividades en Rusia quedarán proscritas», anunció el juez presidente según reseñó la agencia Sputnik.
La resolución, emitida a instancias de la Fiscalía General rusa, implica el endurecimiento de las penas para los efectivos del batallón.
Buena parte de la vista oral en el Tribunal Supremo se desarrolló a puerta cerrada, debido a que los materiales del caso estaban clasificados como secretos, pero los periodistas pudieron presenciar las declaraciones de expertos.
Los especialistas detallaron que la ideología del Azov incluye elementos de «racismo biológico extremo», planes de segregación racial en el ámbito jurídico, rechazo a la democracia, la moral y el derecho internacional.
Asimismo, argumentaron que los efectivos tienen como costumbre atacar a representantes de etnias minoritarias y oponentes políticos, intimidar a la comunidad rusohablante de Ucrania, y practicar secuestros y torturas en la región de Donbass.
Los representantes de la justicia rusa agregaron que los del movimiento ucraniano también cometieron numerosos crímenes de guerra, incluidos los bombardeos de zonas residenciales, torturas y asesinatos de civiles.
«No me cabe la menor duda de que cada miembro del Azov es un terrorista y un criminal», resumió la opinión de expertos el miembro de la Cámara Cívica de Rusia Maxim Grigóriev.
El Tribunal Supremo detalló que la designación de terrorista implica penas de 10 a 20 años de prisión para las bases, y de 15 a 20 años, para los organizadores.
Al mismo tiempo, las normativas en vigor eximen de responsabilidad a las personas que, previamente al arresto y la apertura de diligencias, abandonen una organización designada como terrorista.
El batallón nacionalista Azov, surgió como una unidad de voluntarios de ideología neonazi, pero en 2014 pasó a formar parte da la Guardia Nacional de Ucrania.
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