Esta “brutal agresión es una manifestación de la arrogancia del Ejército israelí y una extensión de una mentalidad colonial racista que trata al territorio palestino ocupado como un campo de entrenamiento y al ciudadano palestino como blanco para disparar”, afirmó la cancillería en un comunicado.
El Ministerio de Relaciones Exteriores alertó que la potencia ocupante determina los objetivos de sus ataques sin rendir cuentas a nivel internacional.
Israel adoptó el enfoque de la guerra preventiva para acabar con cualquier peligro, incluso si es teórico o aún no se formó, criticó el texto.
Por su parte, el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina, Hussein al Sheikh, cuestionó la operación militar de las tropas de Tel Aviv contra “los civiles, los niños y la infraestructura” del enclave costero.
Llamamos a la comunidad internacional a intervenir para brindar protección a nuestro pueblo, subrayó el político, quien agradeció a Egipto su mediación para detener la ofensiva.
En similares términos se expresó el presidente del Tribunal Supremo palestino, Mahmoud Al-Habbash.
Todas las palabras y frases no son suficientes para expresar la ira que reside en el corazón de los palestinos y pueblos libres del mundo por esta bárbara agresión, escribió en Twitter.
El ejército israelí comenzó ayer a bombardear presuntos blancos de la Jihad Islámica palestina, que respondió con andanadas de cohetes contra territorio de la vecina nación.
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