“El arresto por el FBI (Buró Federal de Investigaciones) de la exgobernadora y las acusaciones de corrupción hechas en su contra, son reveladores de los niveles escandalosos a los que ha podido llegar la corrupción política en Puerto Rico”, dijo la Dirección Nacional del MINH, que presiden Ángel Rodríguez-León y Julio A. Muriente.
De acuerdo con la organización, las acusaciones contra Vázquez-Garced constituyen la muestra más reciente de los numerosos casos de corrupción gubernamental y partidista que se han hecho públicos durante los pasados años.
La exgobernante fue arrestada por los agentes federales en la madrugada del jueves y acusada en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos en Puerto Rico, de siete casos de soborno y corrupción en coordinación con el banquero Julio Herrera-Velutini, de origen venezolano, y el exigente del FBI Mark Rossini.
“Esta situación merece el rechazo más firme y contundente de nuestra población, (pues) no se trata de casos aislados, sino de un comportamiento convertido en la práctica normal y consentida de muchos de aquellos y aquellas en quienes nuestro pueblo ha depositado su confianza”, planteó la declaración recibida por Prensa Latina en Puerto Rico.
Según el MINH, esos delincuentes, devenidos en candidatos y funcionarios públicos, han descubierto que en las actuales circunstancias, corromperse es un buen negocio, altamente lucrativo y siempre bajo la impunidad del cargo partidista o gubernamental que se ostenta.
La manera como están diseñadas las campañas electorales en Puerto Rico, influenciadas a su vez por las leyes estadounidenses, conciben esos procesos de manera mercantil.
En este sentido, dijeron los dirigentes políticos, lo importante no son las ideas o las propuestas, sino la imagen; salir electo a como dé lugar, aunque sea de manera inescrupulosa y aparecen en escena las agencias de publicidad, que lo mismo promocionan una cerveza que un candidato o candidata, ya que “para eso hace falta dinero, mucho dinero”.
Rodríguez-León y Muriente consideran que es ahí cuando aparece el inversionista político, que compra candidatos y candidatas a su antojo a cambio de privilegios, como parece haber sido el caso de Vázquez-Garced y como ha sido el caso de numerosos alcaldes procesados en fecha reciente.
“No basta con denunciar o encarcelar a los corruptos y corruptas que campean por sus respetos; el problema no son solo los corruptos, es la corrupción generalizada”, recalcó la organización independentista puertorriqueña.
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