Las señales solo tenían de su lado en materia de divisas que la Reserva Federal (Fed) de los Estados Unidos volverá a subir las tasas de interés de manera sorpresiva en septiembre próximo.
Los datos de la inflación estadounidense del miércoles se perfilan como la siguiente prueba clave para el dólar, que subió con fuerza después de que el informe de empleo, inesperadamente fuerte, alimentó las apuestas sobre otra subida de tasas de la Fed de 75 puntos básicos.
En ese sentido, el euro subió alrededor de 0,35 por ciento a 1,0226 dólares, la libra esterlina ganó 0,2 por ciento a 1,2102 dólares, mientras el dólar cedió 0,1 por ciento a 134,86 yenes.
El índice del dólar, que mide el desempeño del billete verde frente a una cesta de seis monedas, bajó 0,2 por ciento a 106,15. Se mantenía por debajo de un máximo de más de una semana alcanzado el viernes a 106,93.
Economistas ven la inflación general interanual en 8,7 por ciento, cifra increíblemente alta, pero inferior al 9,1 por ciento del mes pasado. El objetivo de la Fed es que la inflación se sitúe en el dos por ciento.
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