Aunque queda relativamente poca agua en el foso está mantiene turbulencia y objetos que pudieron ser apreciados mediante las proyecciones de un potente dron subacuático cuyas cámaras filmaron todas las paredes de la mina sin agua hasta sumergirse y llegar a la profundidad.
Fue toda una heroicidad pues los buzos lograron descender un buen tramo gracias a que uno de sus compañeros pudo amarrar y retirar grandes postes de madera atravesados en el foso y llevarlos a la superficie halándolos desde arriba.
Luego de más de 130 horas consecutivas de bombear agua en los pozos de alivio y tras un diagnóstico realizado con drones subacuáticos, los buzos ingresaron pero con resultados negativos pues no pudieron sumergirse como deseaban, informó la coordinadora de Protección Civil.
Aunque las esperanzas de encontrarlos vivos no se han perdido, los familiares ya dijeron que están preparados para recibir cualquier tipo de noticias.
Los 10 trabajadores están atrapados en un pozo de una profundidad de 60 metros de los cuales 35 estuvieron inundados, y hoy aun tenían entre seis y 10 metros del líquido.
La fuerte turbulencia es una señal de que hay fugas de entrada y salida por lo cual las aguas no se aquietan. Desde anoche, cuando se avivaron las esperanzas de bajar y llegar hasta ellos, se permitió el ingreso a la zona de ambulancias y se instaló un hospital de campaña.
El estado de Nuevo León envió drones más potentes para continuar explorando el pozo, en especial la parte que permanece inundada.
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