La cita anual permite experimentar las costumbres de la nación y compartir bebidas y platos típicos desde los famosos kielbasa hasta pierogi y placki, así como mucha música y bailes.
Con sede en el Centro Cultural Juan Pablo II, el evento también está abierto a los visitantes que descubren la historia del país europeo al tiempo que ofrece algunos juegos para las jóvenes generaciones e incluye a bandas locales y grupos de danza.
De acuerdo con los organizadores del Festival, este año será fundamental la participación de la comunidad, que apuesta por la defensa de la herencia polaca.
Todas las ganancias del evento, incluidas las rifas especiales, se destinarán a apoyar a la iglesia St. Stanislaus Kostka en Rockford, ciudad que acoge la festividad.
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