Autoridades del Gobierno estuvieron presentes en el acto cívico de izada del símbolo patrio, al que se le rinde honores este día desde 1871, cuando el entonces presidente Miguel García Granados oficializó el decreto No. 12 y la identificación de sus colores azul celeste y blanco.
Este último representa la ubicación entre el océano Pacífico al sur y el mar Caribe al noroeste, así como pureza, integridad, fe, obediencia, firmeza, vigilancia y paz; en tanto el azul alude a justicia, lealtad, dulzura, fortaleza, el color del cielo y los dos mares que bañan las costas del país.
Cuando en el centro de la bandera aparece el escudo se conforma el pabellón nacional, el cual indica justicia, soberanía, victoria e inmortalidad de la libertad.
Con el fin de inculcar a los niños desde edades tempranas el sentimiento de patriotismo y respeto a la enseña nacional, nació el Juramento a la bandera, compuesto por el quetzalteco Alberto Velásquez.
Es así que cada 17 de agosto, en los centros educativos los alumnos recitan ese poema cargado de devoción perdurable como dice su primer verso.
Esta promesa pública declara al símbolo patrio lealtad y servicio a la nación, y se recita de pie con la mano derecha levantada a la altura del hombro.
Según cronistas, el primer pabellón se creó bajo el gobierno del general Rafael Carrera y tenía una influencia conservadora con elementos españoles.
Tras la Revolución liberal del 30 de junio de 1871 liderada por García Granados y Justo Rufino Barrios, ambos concibieron su modificación.
Desde entonces, el pabellón nacional acompaña a los guatemaltecos también en sus luchas de reinvindicaciones sociales, como ocurrió en 2015, cuando la Plaza de la Constitución fue un mar de banderas blancas y azul celeste durante semanas hasta la renuncia del expresidente Otto Pérez Molina. jcm/mmc