Al igual que el jueves pasado, el paro afecta al 80 por ciento de los trenes que tenían previsto circular durante la jornada sabatina, y las interrupciones podrían extenderse hasta las primeras horas del domingo.
La víspera, los empleados del metro de Londres y los chóferes de 63 líneas de ómnibus del servicio de transporte público capitalino también se ausentaron de sus puestos de trabajo, lo que contribuyó a incrementar el caos en la ciudad.
El secretario general del Sindicato del Transporte Ferroviario y Marítimo (RMT), Mick Lynch, advirtió este sábado que es muy probable que las protestas se repitan en las próximas semanas, debido a la negativa de las compañías ferroviarias a acceder a las peticiones de los obreros. Hablaremos con los directivos de la industria durante los próximos días para tratar de encontrar una solución a estos problemas, y entonces decidiremos si tenemos que hacer más huelgas, pero tengo que decir que es muy probable que eso ocurra, dado las profundas diferencias existentes, declaró el líder gremial a la BBC.
Los trabajadores ferroviarios y del transporte público protagonizaron seis paros desde junio pasado, para exigir un incremento salarial que les permita hacer frente a una inflación que en julio alcanzó el 10,1 por ciento, y según los pronósticos, podría llegar al 13 por ciento antes de fin de año.
También demandan mejores condiciones laborales, que se respeten las pensiones y los puestos de trabajo durante el proceso de modernización de toda la red que emprenderán las compañías operadoras.
El gobierno conservador dice mantenerse al margen de las negociaciones entre los sindicatos y la patronal, pero el líder de RMT volvió a acusar este sábado al ministro de Transporte, Grant Shapps, de impedir que las empresas hagan una oferta justa a los trabajadores.
A pesar de negarlo, el señor Shapps ha estado diciendo a las compañías de trenes la forma en que deben conducir las conversaciones con el RMT, y ahora les está ordenando que despida y vuelva a contratar a los trabajadores, afirmó Lynch.
La canciller Liz Truss, quien se perfila como favorita para reemplazar al dimitente primer ministro conservador, Boris Johnson, advirtió la víspera que de llegar al poder, no permitirá que los “sindicalistas militantes” tomen de rehén al Gobierno.
La huelga de este sábado afecta la afluencia de público a los estadios de fútbol y a los numerosos festivales y conciertos programados para este fin de semana en Londres y otras ciudades británicas.
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