En ese sentido, los precios del crudo bajaron el viernes tras dos días al alza y se encaminaron a una pérdida semanal, ya que la fortaleza del dólar y la preocupación por la desaceleración económica mundial pesaban en medio de las crecientes tasas de inflación.
Los futuros del crudo Brent de referencia europea perdieron 2,24 dólares, 2,32 por ciento a 94,35 dólares el barril, y los del West Texas Intermediate en Estados Unidos (WTI) cedieron dos dólares, 2,21 por ciento a 88,4 dólares. Ambos contratos referenciales se dirigían a pérdidas semanales cercanas al 3,6 por ciento.
La fortaleza del dólar encareció el petróleo para los tenedores de otras divisas, mientras las acciones, que suelen moverse en paralelo a los precios del crudo, también declinaban.
Los inventarios de crudo en Estados Unidos cayeron de forma brusca, ya que el país exportó un récord de cinco millones de barriles de petróleo al día en la última semana, y las compañías petroleras encontraron demanda en los países europeos que buscan reemplazar el crudo ruso.
Por su parte, el nuevo secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Haitham Al Ghais, dijo que es optimista sobre la demanda de carburante hasta 2023.
La reciente caída de los precios del petróleo refleja el temor a una desaceleración económica y enmascara los fundamentos del mercado físico, dijo el secretario general de la OPEP, al tiempo que adoptó una visión relativamente optimista sobre las perspectivas para 2023 mientras el mundo aborda la creciente inflación.
Haitham al-Ghais, quien asumió su cargo el 1 de agosto, dijo que la demanda de petróleo era robusta en el mercado físico, que la preocupación por una desaceleración de la economía china era exagerada y la demanda probablemente encontraría apoyo en el uso de combustible para aviones, ya que la gente está viajando más.
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