La información tomó como base cifras del Servicio de Administración Tributaria y del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera, las cuales indican que entre enero y junio pasados la superficie cosechada de maíz fue de dos millones 539 mil hectáreas, cuando en igual periodo de 2021 fue de dos millones 759 mil.
Añade que ese panorama negativo se da en un contexto en el que México necesita incrementar su producción para ser autosuficiente.
La superficie de cosecha total de México ronda las siete millones de hectáreas anuales, pero los números aportados no corresponden a la etapa principal de la cosecha que es de agosto a diciembre por lo cual se espera alguna recuperación.
No obstante, agrega, la caída en la superficie cosechada de los primeros seis meses de 2022 respecto igual lapso del año pasado, deja ver que la tendencia a la baja que se registra desde hace varios ciclos continúa como consecuencia del desinterés de los agricultores, quienes se inclinan por cultivos más rentables.
El estudio del GCMA deja ver cómo en las pasadas dos décadas, lejos de incrementar la superficie de cosecha de maíz, este ha disminuido por varios periodos y consiguientemente la producción del grano que este primer semestre bajó 7,4 por ciento.
El organismo privado pronostica que México cerrará 2022 con una producción de 27 millones 269 mil toneladas, lo que representará una ligera caída de 0.4 por ciento en comparación con las 27 millones 392 mil toneladas de 2021. Dichas cifras son inferiores a las 27 millones 567 mil promedio de 2016 a 2020.
Sin embargo, el consumo de la población no se detiene, pues mientras que el promedio anual de 2016 a 2020 fue de 42 millones 205 mil toneladas, para 2021 aumentó a 44 millones 884 mil, mientras para 2022 se estima terminé en 44 millones 847 mil toneladas, lo cual obliga a aumentar la importación.
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