El fenómeno entró por las costas de la ciudad de Maoming alrededor de las 10:30, hora local, y se mueve a una velocidad de 25 kilómetros por hora en dirección noroeste.
Las proyecciones indican que abandonará esa urbe este mismo jueves y llegará a la región autónoma de Zhuang de Guangxi, donde perderá fuerza y puede incluso disiparse al chocar con las montañas de ese territorio.
Tanto Guangdong como Zhuang de Guangxi y Yunnan están en alerta porque pueden registrar desastres geológicos con peligro para las vidas humanas, la infraestructura y la economía durante el paso del tifón.
Los tres territorios recibirán la mayor descarga de precipitaciones y el impacto de los vendavales que acompañan al sistema, lo cual eleva los riesgos de inundaciones y corrimientos de tierra.
El Ministerio de Recursos Naturales exigió a los gobiernos locales apresurar las medidas de prevención y alistar los mecanismos de alerta para responder de forma rápida a cualquier emergencia derivada del tifón.
Aparte, las provincias Hainan y Fujian igualmente tomaron sus previsiones para minimizar los daños mientras Ma-on azota el sur del país.
Sus autoridades ordenaron desde el martes a botes y barcos refugiarse en lugares seguros, en casos hay interrupción del transporte aéreo, marítimo y terrestre; y cierre de sitios públicos para proteger a la población y resguardar los bienes materiales.
Ma-on llegó a China luego de dejar anoche muchas lluvias y vendavales mientras pasaba cerca de Hong Kong, donde hay el menos un herido, reportes de inundaciones, árboles caídos y más de un centenar de evacuados.
Igualmente, azotó Filipinas con saldo de tres lesionados y miles de desplazados.
Aunque puede desaparecer rápido por su velocidad, se espera que el tifón ayude a disipar las olas de calor que agobian el sur de China.
ymr