Semanas de precipitaciones estacionales excepcionalmente intensas e inundaciones provocaron estragos en esta nación, subrayó el organismo en un comunicado.
Además de causar numerosas muertes, las lluvias destruyeron hogares, tierras agrícolas, caminos e infraestructura vital, explicó.
El CICR señaló que “las inundaciones añadieron otra capa de sufrimiento a millones de yemenitas, que ya están gravemente afectados por más de siete años de conflicto prolongado”.
Yemen lucha para hacer frente a las consecuencias de la conflagración, incluido el desplazamiento, la creciente inseguridad alimentaria y el riesgo inminente de colapso del sistema, ya que todos los servicios esenciales como agua, electricidad, saneamiento y atención médica son extremadamente frágiles, destacó.
La institución indicó que las aguas también elevan el riesgo de propagación de enfermedades como el cólera, el dengue y la malaria.
La ONG Care advirtió la pasada semana que casi 30 mil familias fueron golpeadas por las precipitaciones.
Recientemente la ONG Oxfam advirtió que la grave situación que vive la nación empeoró en los últimos meses por el aumento de los precios de los alimentos en el mercado mundial.
Yemen importa el 90 por ciento de su comida, incluido un 42 por ciento de su trigo de Ucrania, recordó.
El Programa Mundial de Alimentos reveló semanas atrás que unos 19 millones de yemenitas, de un total de 31 millones, sufren inseguridad alimentaria, aunque la cifra puede aumentar drásticamente durante este año.
La guerra comenzó en 2014, cuando los rebeldes hutíes se levantaron en armas y ocuparon grandes extensiones del país, incluida Saná, la capital.
Al año siguiente una coalición árabe, encabezada por Arabia Saudita, intervino en el conflicto en respaldo del entonces mandatario Abd Rabbu Mansour Hadi, quien entregó el poder al nuevo Consejo de Liderazgo Presidencial.
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