De esa suma, 15 millones están en ejecución y otros 75 corresponden a contratos ya firmados, precisó el director financiero de la compañía, Fabián Dominguéz.
Entre las principales acciones sociales del lado paraguayo refrendadas por el Congreso sobresale la construcción y equipamiento en todo el país de 131 Unidades de Salud Familiar, añadió el directivo.
Las finanzas paraguayas originadas en Itaipu sufragan también un proyecto de becas universitarias que beneficia a cuatro mil estudiantes y contemplará pronto otros tres mil más.
Los estimados para esos propósitos figuran en un plan quinquenal aprobado por sendos Consejos para tales efectos, por la parte paraguaya y por la brasileña, entidades que aprueban los proyectos de cada año.
El destino de los fondos correspondientes a cada uno de los dos Estados es acordado con la respectiva administración de Gobierno, explicó el nuevo director de Itaipu, Manuel María Cáceres.
La ley paraguaya establece la obligatoriedad de usar los fondos de las instalaciones hidroeléctricas con Brasil, en Itaipu, y con Argentina, en Yacyreta, para financiar el sistema sanitario.
Esa disposición no contempla aun decisiones del gobierno para dedicar presupuestos procedentes de ambas hidroeléctricas al enfrentamiento de la pandemia de la Covid-19, lo cual despierta fuertes críticas opositoras.
El ejecutivo comprende la situación de urgencia por la enfermedad, pero no hay que perder de vista la binacionalidad de Itaipu y la existencia de contratos que comprometen parte de esas finanzas, alegó Cáceres.
Los fondos socio-ambientales de ambas centrales hidroeléctricas excluyen transferencias directas de dinero en efectivo, pues todos los compromisos con esos recursos son mediante contrato, agregó el director de Itaipú.
El gobierno se abstuvo hasta ahora de promulgar una ley votada el jueves por el Legislativo para emplear contra la enfermedad todos los fondos de Itaipú y Yacyretá, estimados en unos 150 millones de dólares.
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