Si bien esa arteria emblemática de la capital lusa permaneció vacía hace un año—imagen inédita desde la llegada de la democracia—, debido al confinamiento, este domingo regresan los claveles rojos y, desde sus ventanas, los ciudadanos cantarán Grandola Vila Morena.
La composición de la autoría de José Alfonso resultó la escogida por el Movimiento de las Fuerzas Armadas como señal de la Revolución de los Claveles y en la madrugada del 25 de abril de 1974 fue transmitida por Radio Renascenca, en aviso al comienzo de ese suceso histórico.
Actualmente, el país ibérico impulsa la tercera y penúltima fase de su plan de desescalada en un contexto marcado por la pandemia, tras el aislamiento social entre el 15 de enero y el 15 de marzo, de ahí que la Dirección General de Salud considerara la existencia de condiciones para la realización limitada del desfile.
Horas antes de esa procesión, la Asamblea de la República reunirá a 47 de los 230 diputados de la Cámara, seis miembros del gobierno y 60 personas invitadas para el desarrollo de una sesión conmemorativa, cuya clausura protagonizará el presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa.
El Palacio de Sao Bento, edificio de estilo neoclásico situado en Lisboa y sede del Parlamento portugués, organizará en sus jardines un programa cultural, previsto también de manera online, para recordar el día en que el ejército colocó claveles rojos en la boca de sus fusiles en vez de balas.
La Revolución de los Claveles provocó la caída en el país europeo de la dictadura más antigua del continente conocida como Estado Novo y permitió que las últimas colonias portuguesas alcanzaran su independencia tras una larga guerra colonial contra la metrópoli.
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