De 40 centímetros de diámetro y 125 de longitud, el artefacto fue encontrado a dos metros y medio de profundidad por unos constructores cuando echaban los cimientos de una casa en Vinh Yen, la capital del territorio.
Mientras los expertos lo desactivaban, la policía evacuó preventivamente a los vecinos en un radio de 500 metros.
Hace un par de semanas, un equipo especializado en la detección de artefactos explosivos encontró en la central provincia de Quang Tri un arsenal con unas 500 bombas, minas y granadas de mano.
Pero esos son apenas los dos más recientes entre decenas de episodios similares que ocurren cada año en Vietnam, algunos con desenlaces fatales.
Aunque la guerra terminó en 1975, las municiones que no explotaron entonces han matado a más de 42 mil personas y herido a unas 62 mil, muchas de las cuales quedaron físicamente incapacitadas.
El ejército estadounidense utilizó más de 15 millones de toneladas de bombas y minas en Vietnam, el cuádruple de todo lo empleado en la Segunda Guerra Mundial, a resultas de lo cual este es uno de los países más contaminados con ese tipo de dispositivos.
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