A pocos kilómetros de su costa y formando parte de la mayor barrera mesoamericana, se encuentra la Barrera de Coral de Belice.
Debido a su complejo desarrollo, esa estructura que abarca 185 millas de aguas turquesas proporciona un equilibrio crucial dentro del sistema marino en el hemisferio norte y occidental.
Además, se calcula que empezó a formarse hace unos 500 millones de años antes de que existiera la vida humana, pero no es hasta 1996 que fue declarada Patrimonio de la Humanidad.
Las atracciones en este espacio son tan diversas como las formaciones naturales que conforman esta maravilla costera. Cerca del arrecife se pueden encontrar más de 100 especies de coral y cientos de peces.
De hecho, alberga específicamente 70 especies de coral duro, 36 de coral blando y cuenta con la presencia de Alcyonacea e innumerables variedades de invertebrados.
Según recientes investigaciones, se estima que sólo se ha descubierto el 10 por ciento de todas las especies, por lo que todavía se debe de analizar el 90 por ciento restante.
El arrecife en general es el principal destino turístico del país, popular para actividades como el buceo y el esnórkel, que atraen a un gran número de visitantes cada año.
Gracias a la protección de este espacio, las aguas frente a la costa son denominadas santuario para los entusiastas de los deportes acuáticos. También el sitio resulta vital para la industria pesquera ya que alrededor de 200 mil personas (más de la mitad de la población allí) dependen del arrecife para vivir.
Del mismo modo, la barrera coralina proporciona una importante protección natural contra los daños causados por las tormentas extremas a lo largo de la costa.
(Tomado de Orbe)