La Autoridad Civil en esa zona, subordinada al Ministerio de Defensa, planea instaurar un nuevo sistema, mediante el cual se autorizarán decenas de fincas hasta la fecha no reconocidas, señaló el periódico.
Según las nuevas condiciones, se aprobarán aquellas granjas que estén ocupadas por una familia y junto con trabajadores.
Aunque todos los asentamientos son considerados ilegales por la comunidad internacional, Israel hace una distinción entre los que están autorizados y los que no.
Estas legalizaciones crearán “dificultades a los pastores palestinos, que tendrán que obtener permisos”, alertó Haaretz.
Según la publicación, el movimiento Amana, que impulsa la colonización judía en Cisjordania, presiona a las autoridades para aumentar el número de granjas a las que podría aplicarse el nuevo régimen.
Más de medio centenar de fincas israelíes se fundaron en la Ribera Occidental durante la última década, precisó el rotativo.
Diversas fuentes estiman que unos 490 mil colonos israelíes viven a lo largo y ancho de Cisjordania y otros 200 mil en la zona oriental de Jerusalén, que la comunidad internacional considera la capital del futuro Estado palestino.
La mayoría de los países y el Consejo de Seguridad de la ONU reclaman la evacuación de esas colonias al considerar que están ubicadas en territorio palestino ocupado.
Recientemente, la ONG israelí Paz Ahora denunció que el nivel de construcción en esos asentamientos aumentó 62 por ciento de junio de 2021 a igual mes de este año.
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