Los eventos se realizaron por el Día de la Amazonia e Internacional de la Mujer Indígena, que se celebra cada 5 de septiembre.
En el acto en el parque Augusta, en la región central de Sao Paulo, la líder nativa Sonia Guajajara afirmó que cobrará a los políticos la demarcación de territorios, soluciones contra la minería ilegal, que causa contaminación por mercurio, y la deforestación.
Insistió en que «estamos de pie para decir que no vamos a retroceder, vamos a poblar la política, a poblar el Congreso Nacional», remarcó.
Mujeres de comunidades originarias construyeron en el acto un círculo con plantas y materiales de la selva que formaban los frases: Amazonia es Mujer Indígena. Mujer Indígena es Amazonia.
Tal manifestación caminó después del parque Augusta hasta la Avenida Paulista.
Asimismo en Manaos, capital del estado de Amazonas (noroeste), líderes nativos y representantes de minorías sociales marcharon para demandar el fin de la arbitrariedad y las amenazas contra comunidades aborígenes por parte del gobierno de Jair Bolsonaro.
Una organización no gubernamental humanitaria denunció el 9 de agosto que los derechos de los pueblos indígenas en el gigante suramericano están seriamente amenazados por las políticas de Bolsonaro.
«El Gobierno brasileño adoptó políticas que amenazan seriamente los derechos de los pueblos indígenas», indicó un comunicado de la entidad a propósito del Día Internacional de los Pueblos Indígenas en el Mundo.
Según la organización, la administración de Bolsonaro «debilitó a los organismos federales de protección ambiental, el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables y el Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad, dejando las tierras indígenas aún más vulnerables a la invasión».
En más de una ocasión, la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil denunció ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas al gobierno del exmilitar por ejecutar una política de exterminio contra las comunidades nativas.
Informes sobre la violencia contra los indígenas revelan que en los últimos años la mayoría resultan asesinatos, amenazas varias, de muerte y tentativas de crimen.
De acuerdo con el último censo nacional, unos 900 mil brasileños se reconocen como indígenas. Sin embargo, en las últimas décadas, los expertos aseguran que aumentó este número. Se trata de familias mixtas expulsadas de sus territorios a lo largo del tiempo y que ahora buscan recuperar su identidad colectiva.
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