El diario Mlada fronta DNES señaló que los miembros de la cámara alta decidieron retrasar la queja contra Zeman por sus declaraciones que pusieron en duda la versión del gobierno sobre un incendio en el polvorín de Vrbetice, en 2014.
Las autoridades de este país acusan a la seguridad e inteligencia militar rusas de organizar una explosión en el referido almacén de municiones y se niegan a tomar en cuenta cualquier otra versión.
Sin embargo, el mandatario en un primer momento afirmó que se manejaban dos versiones, la de la implicación rusa y una posible negligencia en el lamentable hecho, y después consideró necesario investigar a fondo lo ocurrido.
Varios representantes del gabinete checo estimaron que la posición del jefe de Estado iba en contra de la seguridad nacional, luego que Praga expulsó a 18 diplomáticos rusos al acusar a Moscú del siniestro en el referido polvorín.
La acción checa tuvo como respuesta la declaración por Moscú de persona non grata de 20 funcionarios de la embajada de esta nación, a lo cual siguió una crisis en las relaciones entre ambos estados.
El exministro de Cultura Mijal Kotsab promueve aquí una recogida de firmas para demandar a los senadores la presentación de la queja constitucional contra Zeman, quien a su vez dialogó esta jornada con Ivan Bartos, del opositor Partido Pirata.
Bartos quiere convencer al jefe de Estado de la necesidad de aplicar la propuesta realizada por su partido y el movimiento Alcaldes e Independientes para disolver la Cámara de Diputados y convocar nuevas elecciones, señaló Radio Praga Internacional.
El mandatario checo es partidario por ahora de mantener el actual ejecutivo hasta los comicios de octubre venidero. La oposición necesita al menos 120 votos para lograr su propósito.
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