Tal situación obligaría a la administración federal a utilizar sus reservas financieras o recurrir a recortes de gastos para cumplir con el objetivo de déficit fiscal, advierte.
La calificadora consideró que el presupuesto para el siguiente año es “optimista” en el crecimiento de la economía mexicana, pues mientras la Secretaría de Hacienda estima un aumento del Producto Interno Bruto del 3,0 por ciento, Fitch lo ubica en 1,4.
Fitch recordó que una leve recesión en Estados Unidos afectará la demanda externa de exportaciones manufactureras, situación que se suma a la lenta recuperación después de Covid-19, debido al limitado impulso fiscal durante la pandemia.
Le añade a ese factor un endurecimiento de la política monetaria del país y la débil inversión, y detalla que si bien el presupuesto prevé un gasto planificado más alto, sus supuestos sobre el precio del petróleo y los ingresos son más conservadores.
Estima que el presupuesto para el siguiente año proyecta un déficit del sector público no financiero del 3,6 por ciento del PIB, frente al 3.0 por ciento de 2022.
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha mostrado una fuerte voluntad de frenar el gasto para mantener déficits moderados, riesgo se ve mitigado por el supuesto del precio del petróleo de 68.7 dólares por barril para 2023, explicó.
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