Al día de hoy el referencial Brent del Mar del Norte y el crudo ligero de Estados Unidos West Texas Intermediate (WTI) concluyeron la tercera semana de pérdidas consecutivas, impulsadas, en parte, por el incremento del valor dólar que encarece las compras de crudo a los tenedores de otras divisas.
En la jornada anterior el Brent se ubicó a 91,09 dólares el barril, mientras el WTI anotó 85,21 dólares el tonel, una semana matizada una marcada caída, pues hasta hace por el mercado petrolero cotizaba por encima de los 100 dólares.
Analistas estiman que los datos sobre la inflación de Estados Unidos aceleraron las incertidumbres existentes sobre la posibilidad de una nueva alza de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal y con ello se crea más aversión al riesgo.
De acuerdo con el Departamento del Trabajo de esa nación la inflación en agosto se ubicó en 8,2 por ciento, un ligero retroceso pero muy cercano aun al récord alcista de 40 años en anotado en junio cuando los precios subieron un 9,1 por ciento.
Otro elemento que afectó el valor del petróleo fue la caída de la demanda China, el gigante asático impuso nuevas restricciones ante el incremento de casos de la Covid-19, y con ello se contrajo la demanda del segundo consumidor de crudo del mundo.
En medio de este panorama la Organización de Países Exportadores de Petróleo mantuvo sus previsiones de un incremento de la demanda de global de crudo para 2022 y 2023, según el informe mensual de la OPEP los pedidos subirán en 3,1 millones de barriles diarios en 2022 y en 2,7 millones en 2023, datos que se mantienen sin cambio desde la previsión de julio.
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