Con sus 90 metros de diámetro y 50 de profundidad, este atractivo natural desprende una cantidad de vapor equivalente a dos mil litros de agua por minuto.
Actualmente, es el reservorio termal más grande del norteño país y el tercero del mundo, detrás de los lagos Frying Pan, en Nueva Zelanda, y Boiling, en Dominica.
Situada en la cuenca del Midway Geyser, la Gran Fuente Prismática fue descubierta en 1839 de forma casual por Osborne Russell, y ahora este surtidor multicolor atrae a miles de visitantes.
El secreto del espectacular cromatismo de sus aguas se esconde en los ricos minerales y las bacterias pigmentadas que crecen en sus márgenes, lo que le da tonos oscilantes desde los verdosos a los rojizos, según la estación del año, pasando por naranjas, ocres y azules.
Precisamente, el azul intenso prevalece en el centro, donde las altas temperaturas alcanzan los 87 grados centígrados, demasiado intenso para mantener la vida.
Sin embargo, en los lugares donde el agua permanece más fría, bordeando la laguna, prosperan las colonias de cianobacterias termófilas y algas.
La mejor época para viajar hasta allí es entre los meses de mayo y junio, y a principios de octubre.
Yellowstone –el parque nacional más antiguo del mundo– se extiende por los estados de Wyoming, Idaho y Montana, ya lo largo de sus casi 900 mil hectáreas cohabitan un sinfín de especies de la fauna como búfalos, osos grizzlies y lobos.
Además, en este terreno existen volcanes, cañones, ríos, géiseres, lagos y montañas.
Los científicos de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, más conocida como NASA, estudian las aguas termales de Yellowstone por una importante razón: pueden ser similares a los entornos donde la vida evolucionó por primera vez en la Tierra.
(Tomado de Orbe)