El jefe del gabinete en funciones libanés subirá al estrado de oradores en la sesión vespertina de esta jornada como parte de los 37 dignatarios y cancilleres convocados a participar en el debate de la ONU.
Desde su arribo a Nueva York a inicios de semana, el líder del Ejecutivo libanés dialogó con el rey Abdullah II de Jordania, quien reiteró el apoyo a la nación para superar las dificultades que atraviesa en todos los campos, especialmente en las fuerzas militares y de seguridad.
Igualmente, el gobernante jordano hizo hincapié en que intensificará los contactos con los países interesados para acelerar los pasos para ayudar a Líbano a resolver la crisis.
En este contexto, Miqati recibió el respaldo del mundo árabe en los esfuerzos para salir de las problemáticas actuales al dialogar con el secretario general de la Liga, Ahmed Aboul Gheit.
La agenda del político libanés incluyó conversaciones con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, la directora General del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva y el secretario norteamericano de Estado, Anthony Blinken.
Durante la ocasión, el primer ministro abordó con el mediador estadounidense Amos Hochstein el expediente de demarcación de la frontera marítima del sur.
Inflación del 890 por ciento, salario mínimo mensual menor a 25 dólares, altos precios de los combustibles, hospitalización, medicamentos y cerca de 2,2 millones de personas necesitadas de alimentos ejemplifican las condiciones de vida de los libaneses, de acuerdo a informes de entidades de la ONU.
En medio de estas complejidades, la no formación de un gobierno, la fragmentación en el Parlamento, las continuas huelgas de los empleados públicos y el colapso de la moneda agudizan el escenario político-social en Líbano, de acuerdo con analistas.
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