Autoridades de la central provincia de Hunan informaron que el nuevo descenso se registró en la estación hidrológica de Chenglingji y urgieron mayores esfuerzos por combatir la sequía porque el estanque tiene 7,5 por ciento menos de líquido que el promedio estimado para esta época del año.
Asimismo pronosticaron más semanas sin lluvias y, por tanto, una continua disminución de la cantidad de agua retenida en el embalse.
Aparte del Dongting, China también enfrenta una crisis en el Poyang, el mayor lago de agua dulce y conocido como “el riñón” debido a su importancia en la regulación del río Yangtzé.
Su tamaño promedio suele ser de tres mil 500 kilómetros cuadrados en temporada alta y hace unos días se supo que se redujo a 737 kilómetros cuadrados, solo una quinta parte.
La sequía en ambos lagos afecta el suministro del líquido a la población, pero también obstaculiza la transportación de barcos, impacta el riego de las cosechas y amenaza a las aves migratorias que los escogen como parada mientras se dirigen al sur durante el invierno.
China vivió el verano más intenso desde 1961 con varios días seguidos con alerta roja por calor en el suroccidente y centro, decenas de ríos secos y una reducción alarmante en el agua en sus embalses al punto de verse estatuas sumergidas durante 600 años.
En agosto el Gobierno destinó el equivante de más de mil 574 millones de dólares para mitigar los daños ocasionados por la sequía en el rendimiento de las cosechas agrícolas, la crianza de ganado y la estabilidad del sistema electro-energético.
También incrementó la siembra de nubes y logró la caída de lluvias en lugares como Sichuan, Chongqing y Anhui.
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