Existe un compromiso de todas las fuerzas que forman parte de este diálogo de llegar con propuestas concretas, dijo en conferencia de prensa Elizalde.
Soto, por su parte, informó que conversaron con todos los dirigentes políticos para mediar las diferencias y los conflictos de los últimos días y se han podido reconstruir “los puentes de diálogo que se habían dañado”.
La semana pasada la coalición de derecha Chile Vamos decidió no participar en las conversaciones con el argumento de la ventilación de acuerdos por zanjar y exigió la exclusión del Gobierno del encuentro.
Interrogado hoy sobre el tema, el presidente de la Cámara Alta dijo que nadie va a ser excluido y añadió que el Ejecutivo va a formar parte de este proceso.
“Lo importante es crear un clima que nos permita llegar a un buen acuerdo, actuar con responsabilidad, con seriedad, evitar declaraciones que puedan enrarecer el clima y ser muy responsables”, agregó.
El proceso para avanzar hacia una nueva carta fundamental comenzó tras el plebiscito del 4 de septiembre cuando una propuesta fue rechazada por 62 por ciento de los votos.
En su intervención ante la Asamblea General de la ONU, el presidente Gabriel Boric expresó la víspera el convencimiento de que en el corto plazo su país tendrá una nueva Constitución que satisfaga y enorgullezca a toda la ciudadanía.
El mandatario recordó que la idea de cambiar la Constitución surgió del estallido social de 2019, cuando una gran mayoría de chilenos expresó su malestar frente a la desigualdad y los abusos, ante las largas esperas para recibir atención médica, su hastío por las deudas estudiantiles y su rechazo a las pensiones de miseria.
Si bien durante los Gobiernos democráticos de los últimos 30 años se redujo la pobreza, resulta innegable que el modelo de desarrollo adoptado en Chile ha mantenido una alta concentración de la riqueza llevándonos a ser uno de los países más desiguales del mundo, expresó.
mgtcar