La titular checa de Justicia, Maria Beneshova, señaló en una entrevista para el diario digital Novinky.cz que su institución estudia otras versiones, fuera de la supuesta implicación de la inteligencia rusa en la provocación del citado siniestro.
Además de la posibilidad de una detonación de las municiones, sin factores externos, y la responsabilidad de órganos de seguridad foráneos, se toma en cuenta otra variante, declaró Beneshova, quien evitó revelar más detalles, destacó la televisión local.
La ministra señaló que su posición era cercana a la del mandatario Milos Zeman, quien también estimó necesario analizar otras causas, además de la presunta participación de órganos de seguridad en la provocación del estallido en el polvorín.
De ello tenemos conocimiento por informes presentados por el Servicio de Información y Seguridad (contrainteligencia), declaró la responsable de la cartera de Justicia.
El pasada lunes, el primer ministro checo, Andrei Babis, afirmó que las autoridades de su país solo consideran una versión de los hechos ocurridos en 2014, es decir, un supuesto sabotaje perpetrado por órganos foráneos de inteligencia.
Al comentar las declaraciones de Beneshova, el jefe de Gobierno reiteró que se tiene en cuenta una variante única de investigación como se acordó con el titular del Interior Yan Gamachek.
El incidente ocurrido hace siete años fue el argumento utilizado por el ejecutivo de Babis para expulsar a 18 diplomáticos rusos a principios de este mes.
Moscú respondió con la declaración de persona no grata de 20 funcionarios checos. A ello siguieron otras medidas similares de ambas partes que llevó a una profunda crisis de sus nexos.
Sin embargo, el jefe de la diplomacia checa, Yakub Kulhanek, aunque admitió la difícil situación de las relaciones con Rusia, negó el interés de su país en una escalada de tensiones con Moscú, siempre que exista respeto mutuo, opinó.
Rusia denuncia en todo momento el carácter festinado e infundado de las acusaciones checas por el referido incendio.
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