Durante una conferencia de prensa, el titular denunció la injerencia política en la labor del comité de seguridad y reiteró el compromiso en el enfrentamiento al contrabando y robo.
La autoridad destacó que la implementación de un mecanismo de distribución justo y transparente, basado en números y necesidades del mercado, permiten en el presente devolver el pan árabe a las panaderías y al ciudadano libanés.
El funcionario enfatizó en el objetivo de reformar el sector de las panaderías y poner fin en el territorio al contrabando, el almacenamiento y la manipulación de los precios.
Salam aseguró que la meta del ministerio es mantener la estabilidad en los materiales y sus costos, así como el trabajo ético en los centros de producción y el respeto a las leyes.
Puntualizó que la implementación del préstamo del Banco Mundial (el próximo mes) exige los más altos estándares requeridos a nivel local e internacional como la transparencia, anticorrupción y distribución justa, informes y auditoría financiera.
En mayo, Líbano recibió un préstamo de emergencia por valor de 150 millones de dólares del Banco Mundial para apoyar la importación de trigo durante un período de nueve meses.
El acuerdo con la entidad internacional busca crear una estabilidad al proporcionar paquetes de pan a precios subvencionados con el objetivo de asegurar los materiales y garantizar su presencia en los mercados.
Líbano no tiene planes inmediatos para levantar los subsidios al pan, especialmente a la harina utilizada para hacer pan árabe plano, uno de los principales alimentos básicos en la mesa de los ciudadanos, aclaró el ministro.
En medio de su peor crisis económica, cerca de 2,2 millones de personas requieren apoyo urgente en Líbano para asegurar el acceso a alimentos y otras necesidades básicas hasta fin de año, un aumento del 46 por ciento en comparación con 2021.
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