La OCHA explicó que el acceso es primordial para llegar a las poblaciones desfavorecidas y prestarle asistencia, pero se ha visto interrumpido por la acción de los grupos armados y las protestas que sacuden al país contra el alto costo de la vida, la inseguridad y la distribución de los combustibles.
“Mientras la situación ha obligado a detener muchas actividades humanitarias, las necesidades de la población haitiana se agravan y las condiciones de vida de los más vulnerables se deterioran, especialmente en los emplazamientos de los desplazados internos en el área metropolitana de Puerto Príncipe”, señaló la instancia en un informe divulgado este viernes.
Haití experimentó durante las últimas semanas movimientos de protestas ante la grave situación económica y la inflación, además de criticar la persistente escasez de combustible que disparó sus precios en el mercado informal.
El descontento se agudizó a inicios de la semana pasada cuando el Gobierno anunció el retiro de los subsidios a los hidrocarburos, lo cual incrementa los precios de la gasolina, el diésel y el queroseno, a pesar de su impacto en los costos de la canasta básica y los servicios esenciales.
Aunque las autoridades justificaron la decisión, al señalar que los ingresos de las aduanas son insuficientes para mantener la subvención, miles de ciudadanos se volcaron a las calles a pedir la revocación de la medida y la renuncia del primer ministro, Ariel Henry.
La OCHA también señaló que actualmente los combustibles están disponibles en las terminales, sin embargo, los grupos armados bloquean el acceso e impiden su distribución por el territorio nacional.
Esta semana, el líder de la federación G-9 y aliados, Jimmy Cherizier, reivindicó la parálisis de la terminal Varreux, la de mayor capacidad, y retó al Gobierno a intentar pasar las barricadas.
En noviembre, las mismas pandillas interrumpieron durante un mes la distribución de hidrocarburos y paralizaron el país.
jha/ane