El dato es parcial debido a la gravedad de muchos de los heridos; gran parte de las víctimas fatales son menores, según el portavoz del Instituto de Medicina Legal, el cual precisó que las labores de identificación prosiguen a toda marcha para sepultar a los fallecidos ante del asueto religioso semanal hebreo del Sabbat.
La catástrofe fue calificada por las autoridades y la prensa de la peor sufrida por Israel desde su fundación en 1948.
De su lado, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, visitó el lugar de la catástrofe y fue recibido con abucheos y gritos de ‘vete’ e ‘impuro’ por los familiares de los damnificados que lo responsabilizan por la catástrofe.
Aunque el jefe de gobierno profesa el credo judío es mal visto por los sectores religiosos opuestos a su política sionista a ultranza; uno de los puntos de choque es la obligatoriedad del servicio militar, que abarca a los israelíes de ambos sexos.
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