En conferencia de prensa, la vocera de la Casa Rosada aseguró que ese suceso puso en crisis el acuerdo y el pacto democrático sostenido en este país desde 1983, cuando llegó a su fin la última dictadura militar.
Las indagaciones sobre el intento de magnicidio continúan. Esperamos que se centren no solo en los perpetradores, sino también en las relaciones, el sistema y el grupo que los impulsó. Me refiero a la creación de un clima de opinión que hace factible este tipo de situación, señaló.
En ese sentido, afirmó que “los discursos de odio, la estigmatización y la persecución judicial, política y mediática contra Fernández y muchos otros dirigentes, provocan que algunas personas crean que deben actuar de esa manera”.
El 1 de este mes, un hombre identificado como Fernando Sabag apuntó con una pistola a la cabeza de la también titular del Senado mientras saludaba a ciudadanos reunidos en las proximidades de su domicilio en el capitalino barrio de Recoleta.
Aunque el arma tenía cinco balas, no se disparó.
Sabag y su novia, Brenda Uliarte, fueron considerados por la jueza María Eugenia Capuchetti coautores penalmente responsables del delito de homicidio calificado, agravado por el empleo de armas de fuego, alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas, en grado de tentativa.
Otros dos individuos también se encuentran detenidos.
De acuerdo con el diario Página 12 y el canal de televisión C5N, tras la revisión del celular de Uliarte, los peritos hallaron un chat entre la joven y un sujeto llamado David, quien le confiesa que trabaja para la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos y realiza espionaje para la embajada norteamericana en este país.
Los abogados de la vicepresidenta, Marcos Aldazábal y José Manuel Ubeira, pidieron a Capuchetti profundizar en las investigaciones sobre esos mensajes y el origen de probables pagos a los agresores.
mv/gas
















