Esta semana miembros del Partido de la Gente, Republicanos, Independientes y de la Democracia Cristiana decidieron desmarcarse del proceso y tomar otro camino, tras alegar una supuesta exclusión del debate.
Al referirse al tema, el presidente de la cámara de diputados, Raúl Soto, advirtió que hay una sola mesa de conversación constitucional legítima e institucional.
Allí están todas las fuerzas con representación parlamentaria, desde el Partido Comunista hasta los Republicanos, que han participado en todas las reuniones, precisó.
Según su opinión, un acuerdo se va a lograr en la medida en que se dejen atrás las diferencias y entendamos que se requiere mucha humildad y generosidad y poner por delante el interés de Chile y de los chilenos.
Soto anunció la decisión de ampliar el diálogo no solamente a los presidentes o representantes de los partidos, sino también a las jefaturas de las distintas bancadas y a los titulares de las comisiones de Constitución de la cámara y del senado.
En declaraciones a Radio Cooperativa, el parlamentario se refirió a los pasos para una nueva ley fundamental: primero, las bases constitucionales; segundo, el órgano encargado de redactar el nuevo texto y tercero, cuál será el rol de los expertos.
Un cuarto elemento es la posibilidad del voto obligatorio que la inmensa mayoría de los actores involucrados apoyan, dijo.
Aunque no hay un plazo para llegar a un acuerdo, Soto consideró que cuanto antes es mejor para darle una certidumbre al país sobre este tema.
La idea de crear una nueva carta magna en reemplazo de la vigente desde la época de la dictadura (1973-1990) surgió luego del estallido social de 2019, cuando millones de personas salieron a las calles para exigir cambios en el actual modelo neoliberal.
Una primera propuesta, elaborada por una comisión paritaria, fue rechazada en el pasado plebiscito del 4 de septiembre y ahora los partidos con representación en el Congreso retoman el diálogo para un nuevo proyecto.
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