El diario electrónico The Times of Israel reportó que Jalal Amash fue baleado anoche mientras estaba en una tienda de comestibles en esa localidad.
Hace unas semanas, el rotativo alertó que el recuento de este año amenaza con igualar o superar los datos de 2021, cuando 120 árabes fueron asesinados en esta nación, un número récord en la historia reciente del país.
Las comunidades árabes son víctima de un aumento en la violencia en los últimos años por el crimen organizado y la proliferación de armas ilegales, subrayó la fuente.
Las altas tasas de desempleo, la pobreza y otros factores sociales son también causas del flagelo, de acuerdo con varios estudios.
Los descendientes de los palestinos que no fueron expulsados de sus tierras tras la creación del Estado judío, en 1948, denuncian desde entonces que son tratados como ciudadanos de segunda.
En la actualidad ellos suman 1,9 millones de personas, casi un 21 por ciento del total de la población de este país.
Una encuesta realiza en marzo último reveló que el 94 por ciento de los árabes que viven en Israel sufrieron en alguna ocasión el racismo y la discriminación de la mayoría judía.
Según la investigación del Centro para la Religión, la Nación y el Estado, el 69 por ciento dijo ser objeto de racismo y discriminación en lugares públicos, mientras el 41 por ciento lo fue en instituciones académicas.
La ONG Sikkuy asegura que una de las principales razones de las diferencias entre los ciudadanos árabes y judíos es la asignación desigual de los recursos estatales.
Sikkuy resaltó en su reporte anual 2020 que un 14,5 por ciento de las familias judías vive por debajo del umbral de la pobreza, mientras que entre las árabes el flagelo alcanza al 45,3 por ciento.
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