El 65 por ciento de los sursudaneses damnificados residen en 29 condados de los estados de Bahr el Ghazal Norte, Warrap y Unidad, acorde con el reporte de la Oficina de ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) difundido en esta ciudad, capital de Kenya.
Desbordamiento de ríos y deslaves por la deforestación, destrucción de infraestructuras y cultivos muchos de estos de supervivencia, muerte de animales y contaminación de las fuentes de agua potable son consecuencias en ese país de las inclemencias del tiempo derivadas del cambio climático.
En septiembre último la OCHA reportó que ocho millones 900 mil sursudaneses necesitan ayuda humanitaria debido a las inundaciones, los elevados niveles de inseguridad alimentaria, la violencia y los brotes de enfermedades y que hay dos millones 200 mil desplazados internos y una cifra similar huyó a países vecinos.
Otros datos escalofriantes incluyen que siete millones 700 mil personas están desnutridas, de ellas un millón 400 mil niños.
Las estadísticas sobre la crisis por los inclementes aguaceros en Sudán del Sur se suman a una tragedia similar en Nigeria, donde el Instituto de Meteorología (Nihsa, por sus siglas en inglés) advirtió de nuevos y más fuertes precipitaciones en los próximos días.
Es posible que haya más inundaciones en varios estados, señaló el ente especializado, horas después de la difusión de un comunicado sobre la devastación causada por los aguaceros que asolaron 31 de los 36 estados en que está dividido el país.
Para mayor alarma, el parte alertó que los riesgos de desastres asociados a las lluvias aumentarán en el futuro próximo debido a que los efectos del cambio climático comienzan a centrarse en país más poblado de África y primer productor de petróleo del continente.
Más de 500 muertos, mil 500 heridos y un millón 400 mil desplazados son las trágicas consecuencias de las inundaciones provocadas por las copiosas precipitaciones en Nigeria, revelaron hoy fuentes autorizadas.
A esas pérdidas humanas se suman 90 mil viviendas dañadas por las lluvias que comenzaron a fines de julio pasado en 31 de los 36 estados en que está dividido el país, las cuales también arrasaron cultivos y mataron animales.
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