Por disposición gubernamental, seis mil alumnos de escuelas rurales de un solo docente volverán a las aulas en una vuelta que el ministro de educación Pablo da Silveira describió como paulatina y gradual.
Según el plan presentado por Da Silveira en previa conferencia de prensa, en los dos lunes siguientes del mes se incorporarán más centros docentes hasta otros 300 mil escolares.
Ayer el Sistema Nacional de Emergencia aconsejó prevenir los contagios con el refuerzo de las medidas preventivas sanitarias.
Un reciente informe del Grupo Asesor Científico Honorario consideró que el daño generado por la pérdida de clases es irreparable para los niños, pero destacó que ‘el momento actual es, desde el punto de vista epidemiológico, peor que el momento en el que se detuvo la asistencia presencial 23 de marzo’.
Expertos en salud y educación sostienen que los riesgos de quedarse en casa, para las infancias, son mayores que los de asistir a clases, a la vez que se les excluye como población de riesgo.
Sin embargo, las escuelas cerraron porque se movilizaron familiares, docentes, auxiliares, encargados de talleres y trabajadores de rubros vinculados al ejercicio de la docencia.
La secretaria de la Federación Uruguaya de Magisterio, Elbia Pereira, explicó que ‘si bien el magisterio no concibe la profesión de otra forma que no sea presencial’, en un contexto de pandemia es necesario que se cumplan algunas condiciones para garantizar el retorno seguro.
Señaló que para poder aplicar los protocolos exigidos por las autoridades como el distanciamiento, es necesario revisar los mil 400 grupos de primero a sexto grados y personal auxiliar de servicio en cantidad suficiente e insumos higiénicos necesarios.
Asimismo, puntualizó que para una inclusión educativa a distancia será indispensable que la conectividad con fibra óptica llegue a todos los docentes y alumnos.
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