Los invitados fueron los jefes de misiones diplomáticas de Cuba, Marcos Rodríguez, de Venezuela, Francisco Arias Cárdenas, y de Bolivia, José Crespo, así como Norman Bardavid Nissim, embajador Cultura de Paz en México, quienes disertaron sobre peculiaridades de las culturas de sus respectivos países y asuntos conceptuales como la universalidad del término.
El diplomático cubano explicó que una de las diferencias del arraigo cultural en Cuba con otros países de su entorno estriba en que los españoles en su saqueo y conquista arrasaron con las etnias caribeñas encontradas en Cuba, lo cual no sucedió en otras naciones en las que no pudieron exterminarlas.
Para entender y conocer las raíces de la cultura cubana y su conexión con el desarrollo económico, dijo, es necesario conocer el hecho histórico, incluido el entorno geográfico de la Isla, las influencias externas, no solamente en la época de la colonia y lo que nos llegó de Europa, sino después de esta y su proceso de neocolonización por parte de Estados Unidos.
Sin embargo, dijo, en medio de esto se afincó e impuso la cubanía que parte de dos troncos principales, la de españoles nacidos en Cuba llamados criollos, y los de África a los que se unen otras nacionalidades minoritarias y marcan la importancia de ese intercambio histórico del patrimonio cultural.
Señaló que fue un desarrollo cultural que se hizo muy fuerte en el siglo XIX a partir de lo que los historiadores llaman la seudo-república que fue cambiando su perfil corrupto y de explotación.
Sobre todo cuando en 1959 pierden la isla después del triunfo de la Revolución y se ensanchan como nunca antes los criterios culturales y su vinculación intrínseca con el desarrollo económico y social.
A partir de entonces la cultura cubana toma otros rumbos sin perder sus raíces históricas que definen la nacionalidad.
Por su parte, el embajador Crespo, de Bolivia, explicó el simbolismo de la bandera indígena Wiphala que representa a culturas andinas y está reconocida por la Constitución como un símbolo patrio, lo cual no significa que el país tenga dos enseñas nacionales.
Habló ampliamente de la conexión de cultura y economía muy mala cuando Bolivia era considerado el segundo país más pobre de América, después de Haití.
Pero la nación se ha recuperado y ahora se abre un horizonte muy prometedor con los yacimientos del litio y sus expectativas, en especial su vinculación con el resto de América Latina por la influencia del nuevo mineral estratégico.
Habló de las raíces pluriculturales de una nación multiétnica y la gran riqueza que de sus aportes pasados, presentes y seguramente también futuros.
Un pensamiento semejante expresó Arias Cárdenas al vincular la riqueza cultural de Venezuela con sus orígenes históricos, en especial a partir de las ideas de libertad y unidad de Simón Bolívar de una América única, fuerte y sólida como el granito en los Andes.
Denunció las agresiones a su país, una grandiosa nación que lo ha resistido todo y que, en sí misma, es un grandioso mercado de un millones de kilómetros cuadrados e importantes riquezas naturales, no solo el petróleo, que les dan otra dimensión a la relación cultura-desarrollo económico.
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