La eliminación del fármaco del programa de inmunización danés se une a la de la compañía anglosueca (suspendida el pasado 14 de abril por los mismos motivos), a pesar del visto bueno recibido por la Agencia Europea de Medicamentos.
En ambos casos por decisión personal podrán acceder a ellas los ciudadanos.
La Dirección General de Salud en Dinamarca consideró que las ventajas de la vacuna de Johnson & Johnson ‘no compensan el riesgo de posibles daños en forma de casos severos de trombosis en los vacunados’.
En un comunicado, la subdirectora del ente, Helene Probst, dijo que lo perdido en prevención de enfermedades graves en la situación concreta de Dinamarca no compensa el riesgo de posibles efectos.
La decisión no excluye que esa vacuna pueda usarse más adelante, igual que la de AstraZeneca, ‘si aparecen nuevas evidencias o cambia la situación en Dinamarca, en lo relativo al contagio, control de la epidemia o disponibilidad de otras vacunas’, consideró la dependencia.
Para las autoridades sanitarias, la decisión significa un atraso de cuatro semanas en el calendario de vacunación. Desde el comienzo de la pandemia enfermaron en el país 253 mil personas, y, de ellas, murieron casi dos mil 500.
En tanto, Suecia donó un millón de dosis del inmunógeno de AstraZeneca al mecanismo Covax, un programa auspiciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para acelerar el desarrollo y la producción de vacunas y garantizar el acceso equitativo y justo a ellas.
Tal anuncio lo hizo este lunes el ministro de Desarrollo de Suecia, Per Olsson Fridh, quien recalcó que el país ya no necesita el inmunizador de AstraZeneca, vinculado aquí a casos muy raros de trombosis en menores de 40 años de edad.
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