Tras el despliegue de la operación militar especial de Moscú en los territorios del Donbass, la Unión Europea y Occidente dictaron varios paquetes de medidas contra el país eslavo, pero su efecto bumerán, advertido por el Kremlin, afecta hoy a los propios sancionadores.
En ese contexto el ejecutivo del primer ministro Viktor Orban se opone a cualquier acción que bloquee la compra de hidrocarburos a Rusia de los cuales es dependiente.
Las sanciones de Bruselas nos llevan a la ruina, expresan algunos carteles en las calles de esta capital, divulgados por la prensa local.
De su lado Orban afirmó que “Europa se dispara en los pies” al aplicar esa política, de acuerdo con declaraciones hechas públicas aquí.
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