La lista de la OMS de patógenos fúngicos prioritarios es la primera iniciativa de ámbito mundial para clasificarlos sistemáticamente por prioridad, teniendo en cuenta las necesidades no atendidas en materia de investigación y desarrollo, y la importancia percibida para la salud pública.
Tiene por objeto estudiar tales patógenos e impulsar nuevas investigaciones e intervenciones de política para fortalecer la respuesta global a las infecciones fúngicas y la resistencia a los antifúngicos.
De acuerdo con los expertos los patógenos fúngicos constituyen una amenaza importante para la salud, ya que son cada vez más comunes y resistentes al tratamiento, además actualmente solo existen cuatro clases de medicamentos antimicóticos y hay muy pocos candidatos en fase de desarrollo clínico.
Para la mayoría de estas infecciones no se cuenta con pruebas diagnósticas rápidas y sensibles y las que hay no están disponibles de forma generalizada o no son asequibles a nivel mundial.
Las formas invasivas afectan con frecuencia a pacientes gravemente enfermos y a personas con importantes afecciones subyacentes del sistema inmunitario.
Entre los grupos de población con mayor riesgo de tales infecciones invasivas se incluyen las personas con cáncer, VIH/sida, trasplantes de órganos, enfermedades respiratorias crónicas y tuberculosis posprimaria.
Datos científicos disponibles indican que la incidencia y el rango geográfico de las enfermedades fúngicas están expandiéndose por todo el mundo debido al calentamiento global y al aumento de los viajes y el comercio internacionales.
Durante la pandemia de la Covid-19 se notificó que la incidencia de infecciones fúngicas invasivas había aumentado considerablemente entre pacientes hospitalizados.
A medida que crece la resistencia al tratamiento de los hongos que causan infecciones comunes (como la candidiasis oral y vaginal), también se elevan los riesgos de que surjan infecciones más invasivas entre la población general, subrayaron los especialistas.
Los autores del informe hacen hincapié en la necesidad de contar con más datos que permitan orientar la respuesta a esta creciente amenaza y comprender mejor la carga, tanto de la enfermedad como de la resistencia a los antifúngicos.
“Se alienta a los países a adoptar un enfoque gradual, comenzando por el fortalecimiento de sus capacidades de laboratorio y de vigilancia de dichas enfermedades, y garantizando el acceso equitativo en todo el mundo a los tratamientos y pruebas diagnósticas de calidad existentes”, manifestó Haileyesus Getahun, directivo de la OMS.
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