En la sede de las Fuerzas de Paz de la ONU en Naqoura, la delegación libanesa facilitó el acuerdo firmado previamente por el presidente de la República, Michel Aoun.
De acuerdo con la Agencia Nacional de Noticias, el proceso de entrega del texto final al mediador Hochstein por parte de las representaciones de Líbano e Israel ocurrió en salas separadas, en presencia también de las embajadoras, Dorothy Shea, de Estados Unidos, y Anne Grillo, de Francia.
El traspaso coincidió con estrictas medidas de seguridad adoptadas por el ejército libanés y las fuerzas internacionales, reseñó la publicación local.
Una violación naval de un barco israelí en las aguas libanesas retrasó la entrega del documento una hora más tarde de lo previsto por el mediador estadounidense y la coordinadora especial de las Naciones Unidas.
Precisamente, Wronecka destacó la importancia de este acuerdo para el Líbano, donde los líderes políticos demostraron su unidad para lograr un objetivo común.
La representante del organismo multilateral llamó a las partes a dar prioridad a la implementación de sus obligaciones en virtud del acuerdo y reiteró el compromiso de las Naciones Unidas en ayudar a la ejecución, según lo soliciten y dentro de los límites del mandato.
En este contexto, el secretario general de Hizbulah, Hassan Nasrallah, confirmó que las negociaciones sobre el expediente de demarcación fueron indirectas y desmintió la sospecha de normalización con Tel Aviv.
Al intervenir en la inauguración de la exposición «Mi Tierra» en esta capital, el líder de la Resistencia islámica libanesa explicó que hablar de reconocimiento de Israel no es cierto, porque la solución de la disputa no se considera un tratado, sino un acuerdo sobre las fronteras marítimas.
Las conversaciones indirectas para determinar la frontera marítima entre Israel y Líbano comenzaron el 14 de octubre de 2020 y luego de una pausa desde 2021, la presencia de la plataforma greco-británica Energean Power en las aguas del sur avivó a inicios de junio pasado la disputa entre las dos naciones.
Ambos países están en situación de guerra desde el establecimiento del Estado de Israel en Palestina en 1948 y a lo largo de estos años muchos crímenes y ataques perduran en la memoria del pueblo de Líbano ante las ambiciones de Tel Aviv por apoderarse del agua del río Litani y la riqueza petrolera y gasífera.
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